Érase una vez una diosa llamada Sofía, nació el 30 de mayo en 1786. En
India un país muy pobre. Sus padres se llamaban Said y Brillit, tenía 2
hermanos, uno se llamaba Tántano y la otra Sara. Sofía era la hija mayor, era
guapa, con ojos marrones y pelo castaño. Tenía un carácter bastante tranquilo,
pero si se enfadaba empezaba a lanzar llamas por todos lados. En comparación con
sus hermanos ella era lista, divertida y le gustaba mucho cocinar y ayudar a la
gente. A ella le gustaba mucho colorear y jugar al fútbol sobre todo con sus
hermanos. A medida que crecía la gente se alejaba de ella (su familia no), ella
sabia que era porque al enfadarse mucho empezaba a lanzar llamas por todos
lados. Sofía nunca tuvo amigas ni amigos por eso, así que ella estaba
acostumbrada. La gente pensaba que era un monstruo nacido en la vida de los
humanos, pero no. 
Un día estaba viendo las noticias con su familia hasta que escucho que
los griegos iban a atacar al país (India). Y obviamente tenían que estar en sus
casas encerrados sin salir a ningún lado, mientras los soldados peleaban para
ver quien ganaba. Todo el mundo tenía miedo y nervios. Su padre también tenía
que luchar para salvar su país. Ella estaba muy nerviosa porque le podía pasar
algo a su padre. Mientras peleaban se escuchaban gritos desgarradores, gente
llorando, gente muriendo… Hasta que escuchó un grito muy familiar. Ella salió
de su casa sin pensarlo dos veces, hasta que vio algo que la dejaría
destrozada. Vio como apuñalaban a su PADRE, ella cayó al suelo gritando y
llorando. En ese momento sintió mucha furia e ira, se levantó tan rápido como
pudo y empezó a luchar con la persona que mató a su padre. Consumida por el
odio, el fuego salió super mega caliente de su interior y vertió el fuego por
todas partes. 
Claramente estaba matando a toda la gente (solo los griegos) derrotó a todos dejando toda la ciudad en llamas. La gente que vivía en la India no sabía cómo reaccionar, ya que los había salvado, pero al mismo tiempo su padre había muerto. Ella estaba gritando y llorando por su padre.
Al final enterraron a su padre y el país lo remodelaron entero. Y la gente se dio cuenta de que Sofía les salvo la vida y no era tan mala persona como esperaban.
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